Hace poco un famoso escritor se ponía en contacto conmigo enviándome un vídeo (lo tenéis al final) que había conseguido mientras se encontraba preparando un reportaje sobre un modelo de la marca Seat. Me llamó la atención que, entre los personajes que aparecen en el vídeo (realizado a finales de los sesenta por No-Do para "Seat Cine", y así todo quedaba en casa), como Laura Valenzuela, vemos al príncipe (heredero al trono georgiano) Jorge de Bagration. Me he preguntado qué sería hoy de este señor, así que me puse a indagar.
Para quien su nombre no le resulte familiar (que probablemente sean muchos hoy), Jorge de Bagration fue un aristócrata afincado en España, un personaje de la farándula de aquellos tiempos, famoso por sus correrías en rallies y en competiciones del motor en la península durante los años sesenta y setenta, y por el que seguramente no pocas jovencitas de la época suspiraban. De sangre azul, atractivo y deportista, era lógico que Seat lo eligiese como "gancho" para su "publirreportaje" (que era básicamente de lo que trataba este corto, aunque con una producción que debió tener su coste y que ya quisieran muchas producciones hoy..., claro, eran otros tiempos).
El sueño que llevaba persiguiendo con insistencia Jorge de Bagration era el de poder participar en la Fórmula 1, y en varias ocasiones estuvo a punto de conseguirlo, pero por una razón o por otra (burocracia, o patrocinadores que se acababan echando atrás, como fue el caso del mismísimo El Corte Inglés), no pudo conseguirlo. Asqueado y decepcionado, el no poder correr en lo que antaño era (o decían que era, más bien) "la cúspide" del automovilismo del motor, debió dejarle un hondo resentimiento a una persona como él, acostumbrada a la fama, los focos, y a conseguir sus objetivos. A tanto llegó la cosa que en 1974, tras el fiasco de la F1, se retiró de la competición, abandonando toda participación y huyendo de un mundo en donde había logrado sus éxitos más mediáticos.
Sin embargo no se acabaría ahí la historia. Y es que me llamó la atención que en 1976 Jorge de Bagration regresase a las carreras, y digo que me llamó la atención porque lo hizo con el coche de Erika: un Lancia Stratos. En el Stratos no conseguiría sus laureles del pasado, pero sin embargo acabó encontrando el amor, y casándose - en segundas nupcias - con la copiloto que iba con él a las carreras, Nuria Llopis y que, como digo, competía en el mismo Stratos haciendo labores de apoyo.
Jorge de Bagration ya no vive. Falleció en el año 2008, víctima de una hepatitis, a la edad de 63 años. Y tampoco fue enterrado en España, sus restos descansan hoy en Mtsjeta (Georgia). Como curiosidad, su nieto Jaime Gaixas Bagration aspiró a formar parte de las listas políticas por Barcelona de Íñigo Errejón.
El que hiciera suspirar por los circuitos con su elegancia, seducción y destreza (además de con sus apellidos, claro), una especie de Steve McQueen "a lo español", acabó un poco como lo hizo la misma estrella norteamericana, y todos terminaron en el mismo lugar: la tumba. Y es que, como dice en uno de sus textos San Alfonso María de Ligorio, "así terminan las pompas humanas".
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Muchas gracias por la investigación habéis satisfecho mi curiosidad porque tras verlo me ocurrió como a vosotros, me dejó intrigado.
ResponderEliminarPor cierto que Rocío Laura Espinosa López-Cepero (aka Laura Valenzuela) aún vive, lo que ya no sé que fue de Nuria Llopis.
jajajaja! No sigas tirando porque acabarás buscando qué fue hasta del productor del corto :D
EliminarLo del señor Bagration me sorprendió, porque dejó bastante huella y cuando falleció apareció en multitud de medios, aunque supongo que en crónicas de sociedad o cosas así. Qué pronto se olvida la fama.
La fama es intrascendente, y se olvida. Mejor hubiera sido que se hubiera dedicado a algo más productivo.
EliminarA mí lo que me parece increíble es que, por hacer lo que hacen, solo por llevar el apellido tal o cual, ganen más dinero que un médico, por ejemplo. Y no me refiero solo a este señor, sino a actores, cantantes, y en general toda esa parafernalia de la farándula, que viven como marqueses solo por hacer cuatro payasadas.
EliminarY los políticos defendiéndoles, claro, no vaya a ser que se les enfaden y luego pongan a todo su ejército de fans contra ellos.
¿Te acuerdas de tanta ley anti-pirateria y todo ese tinglado, que decían que sino se iba a acabar la industria del entretenmiento? Pues no solo no se ha acabado, sino que sigue más boyante que nunca (que se lo digan a Netflix :D). Al final son todo intereses.
Ya sabes que por ejemplo a mí me encanta el ciclismo, el Giro lo seguía cada año. Pues hace dos temporadas lo pusieron pagando, y quien quiera verlo, tiene que soltar pasta. Ya no es en abierto. En youtube hubo gente que subía etapas, pero duraban un suspiro, enseguida se las borraban así que dejaron de hacerlo. Pues tan feliz: no sigo el Giro, no hay problema. No sé cómo hay gente que paga por eso, en serio, mira que no hay cosas en las que gastarse el dinero. Y cuando el Tour o la Vuelta ya no sean en abierto, pues haré lo mismo. Luego claro, ves los contratos de los ciclistas mil-millonarios, y se entiende a qué viene pedir tanta pasta.
No hace tanto hasta la F1 era en abierto, pero descubrieron que podían rascar chicha de los tontos aficionados como en el fútbol, y ahora no hay una carrera libre. Se ha perdido la perspectiva de todo, cuando con el sueldo de un futbolista o un piloto de esos podían comer bien miles de niños... La gente luego se pregunta por qué el planeta va a la deriva, pues porque hay una falta de concienciación y de nivel de prioridades supina, así de claro.