Hemos visto ya en muchas ocasiones cómo las marcas más variopintas que aún perviven, o aquellos propietarios actuales que, aunque nada tengan que ver con los originales, poseen los derechos de marcas históricas, legendarias o con una cierta antiguedad, aprovechan para unirse a la moda de lo retro y lanzar nuevas variantes de sus productos inspirados en lo que tenían antiguamente. Lo hemos visto con el yogurt, con los pastelitos, con los relojes de Casio... Con automóviles, incluso con teléfonos móviles. Uno de los que han decidido unirse a esa moda pero, además, hacerlo a lo grande, es el conocido fabricante de cartas Fournier. Aunque ahora esta mítica marca pertenezca a la multinacional Newell Brands Inc. (hoy propiedad a su vez del Grupo Cartamundi), continúan - veremos por cuanto tiempo - fabricando y distribuyendo sus naipes desde Álava, en España, bajo la misma firma de Heraclio Fournier.
La firma debe su nombre a Heraclio Fournier González, nacido en Burgos el 2 de marzo de 1849, y muerto en Francia (en Vichy), el 28 de julio de 1916. En realidad el negocio lo inició su abuelo, allá por 1785, ni más ni menos, con un taller propio que tenía en Burgos, en donde imprimía naipes. Su mítica baraja que vemos en todos los bares (o más bien veíamos, bueno..., antes de la llegada de los smartphones) la diseñó alrededor de 1875 mediante un encargo del mismo Fournier al profesor de dibujo Emilio Soubrier y al pintor Ignacio Díaz Olano. Se cuenta que esas cartas y su diseño casi no han tenido variaciones hasta nuestros días, aunque en realidad la que hoy tenemos fue un rediseño de Augusto Rius sobre la anterior, realizado en 1889.
Una curiosidad de aquellos años a destacar era que, como la mayoría de los empleados de su fábrica eran mujeres, para ellas su fundador creó la Sociedad de Socorro a Enfermos. El impulso internacional de la firma lo daría, no obstante, su nieto, Félix Alfaro Fournier, que se ocuparía de distribuir los naipes no solo por toda España, sino también por países del extranjero. Tras el fallecimiento de su fundador la compañía se denominó "Viuda e Hijos de Heraclio Fournier", y luego, tras el fallecimiento también de ésta, "Hijos de Heraclio Fournier", hasta llevar el nombre de Sociedad Anónima como "Heraclio Fournier S. A.". Ahora se denomina "Naipes Heraclio Fournier S.A.", sin más.
Durante su historia, Naipes Heraclio Fournier, el producto estrella fueron los Naipes Vitoria (conocidos como Naipes españoles), de los cuales venden al año más de 10 millones de unidades. También han realizado naipes de póker, de bridge, publicitarios, y de fantasía, sin olvidar naipes de fútbol.
En 1965 se lanza al mercado una serie infantil de naipes, las "Familias de 7 países", que tuvo una gran acogida entre el público. De ellos se lograron vender alrededor de un millón de unidades, siendo una baraja muy famosa, basada en un juego inglés de mediados del siglo XIX (el juego de "las familias").
Con una presentación muy cuidada y elegante, muy "retro" incluso en sus colores, ahora Naipes Heraclio Fournier reedita esta famosa carta en una edición especial con la intención de "recordarnos nuestra infancia", una infancia en donde todo era muy diferente a como es hoy: triunfaba el papel en forma de cómics, revistas y periódicos, muy pocos tenían televisión, y muchos menos coche. En aquellos tiempos era casi lógico que un juego de este estilo triunfase entre los niños, solo sea por ver una estampita en color (hoy el color los niños lo tienen de todos los tonos y variaciones en sus smartphones).
En Naipes Heraclio Fournier han respetado el diseño original, de hecho las cartas tal cual como lo eran antes, en 1965, aunque quizá el papel sea, eso sí, de peor calidad (o puede ser que la memoria ya me falle respecto a cómo eran antes las Fournier, que es posible). Se cuenta que eso es debido a que la familia del dibujante pidió a la casa alavesa que no se modificara el diseño mientras estas cartas siguieran reeditándose. La versión actual carece del calendario de bolsillo Fournier, que se solía adjuntar con el taco de las cartas, del precinto que antes traía, y del papel de seda que las cubría. Ahora se ha sustituido por un blíster y las cartas, en el interior, nos vienen envueltas en plástico transparente.
Los dibujos de las cartas corren a cargo de José Luis López Fernández (se supone que el tintado y coloreado también, puesto que no informan de lo contrario). José Luis fue un ilustrador enormemente popular, sobre todo para la ilustración infantil, realizando también cuadernos de cuentos de aquellos troquelados, tan populares entre los niños de aquellos tiempos, muy bien coloreados.
Aunque la baraja y embalaje intenta mantenerse tal cual como el original, en realidad la caja en su reverso era distinta (ponía el logotipo del fabricante y la frase: "Juego infantil"), pero hecha esta salvedad, en el resto es prácticamente idéntica. Obviamente, en Fournier habrán usado la misma carta de los sesenta como modelo, o bien algunas de sus re-ediciones posteriores (se reeditó en 1976, en 1979, y finalmente en 2001).
El taco se compone de 42 naipes a todo color, e incluye también el reglamento (el original también lo tenía), en esta ocasión en español y portugués (por eso de aprovechar la cercanía con Portugal y no tener que fabricar dos veces la misma cosa). He de decir que las barajas son un poco "tópicas", y a ojos de una persona de hoy quizá demasiado simplistas, acostumbrados como estamos a diseños 3D, degradados, y mil historias. Pero lo que importa, no obstante, no es eso, sino el poder tener en nuestras manos un producto tal como era en su tiempo, y aprovechar para traer bonitos recuerdos a nuestra memoria. Si fuiste un niño de los sesenta o de los setenta, seguramente te encantarán.
· Baraja original:
| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com
¡Qué bonitas estas cosas que recuerdan a otra época! Mi enhorabuena a Fournier.
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