Bra de Monix, un cazo hecho en España


Ya hemos hablado de menaje de cocina en otras ocasiones, y analizado algún que otro producto. Ciertamente aunque muchos de ellos eran de marcas de renombre, también estaban fabricados fuera de nuestras fronteras. Por eso, el que hoy os mostramos tiene, además de calidad, el atractivo de ser "hecho en España", algo que, por desgracia, cada vez se ve menos en este tipo de artículos de hogar. Bra, acrónimo de Braisogona, es una sub-marca de Monix, que suele ser la más popular y conocida del gran público. A su vez, ambas marcas son propiedad de Isogona, S. L., con sede en Valls (Tarragona, Cataluña). Decíamos que Monix es la más conocida, porque también es una de las más longevas, lleva más de 60 años en el mercado del menaje de cocina. Bra, por su parte, persigue más posicionarse para un público moderno, con estética y productos de esta "cocina de autor" que tanto se lleva ahora, y que programas de televisión de todo tipo pusieran tan de moda.

Isogona, la matriz de todas, que fabrica utensilios de cuchillería y cubertería, lleva en este negocio desde principios de los años noventa. Os preguntaréis como es posible que la marca Monix sea más antigua que su marca propietaria. La razón es que, como suele ser habitual en este mundo de compañías que pasan de mano en mano, en realidad Isogona es una firma propiedad de un consorcio mayor, el Grupo Pintinox. Pintinox adquirió en su día la marca Monix a Taurus (Grupo Taurus), y esa es la razón de por qué la submarca sea más antigua que la propia compañía: porque se la compraron a otros.




Comercial Monix entró en suspensión de pagos, y durante ese proceso de ventas de activos, Pintinox vio el momento idóneo para aprovecharse de la ocasión y adquirirla. Bueno, en realidad la historia es más compleja: Hacienda subastó la marca para obtener capital para los acreedores, y la adquirió Sarreal Art i Llum, del Grupo Taurus. La cuestión es que existían en el mercado dos Monix, en realidad (una la del muñequito, y otra la de las banderas). Pintinox adquirió la parte subastada por Hacienda, y la otra marca, que no estaba embargada, uniendo ambas en una misma y con el compromiso de dar empleo a 70 personas. En todo, incluyendo la adquisición de maquinaria, invirtieron unos 3 millones de euros. Aunque una de esas marcas fracasó, en realidad tuvieron un largo proceso judicial la una contra la otra para hacer prevalecer sus derechos de marca.

El Grupo Pintinox, sin embargo, que es el que está detrás de todas estas marcas y submarcas, no es español, sino italiano, de manera que aunque la marca Monix tenga mucho bagaje en España y sí sea española, y también posean centros de producción en la Península, en el fondo la dueña de todas ellas es una firma italiana.


Este Grupo, dueño de Monix, Bra y Pinti, se centra en productos de menaje de cocina, y por lo tanto otros productos que Monix tenía antaño (como tablas de planchar) ya no se fabrican. Al menos de momento.

Centrándonos en el cazo de nuestra review, con unas medidas un tanto estándar (tamaño 14) y fabricado en acero 18/10, tiene dos principales defectos. Al contrario que otra cubertería de calidad que hemos mostrado en Duraderos en otras ocasiones, su reborde es en rollete, es decir: al verter líquidos, o con el tiempo, se tiende a acumular suciedad en el contorno, y para limpiarlo en profundidad se requiere de un cepillo (y aún así, no se accede a la minúscula unión). Como es de rollete cerrado (recordaréis los rebordes abiertos de las tazas Ibili), no se puede limpiar con un estropajo, a mano, o en lavavajillas. Obligatoriamente hay que limpiarlo a conciencia, un defecto que no vemos en otros fabricantes, que fabrican sus baterías y menaje con bordes vertedores planos y sin escondrijos. La razón - o una de ellas -, es que Monix, y Bra, fabrican en un acero más laminado, ignoro si para ahorrar en costes de acero, o porque la maquinaria utilizada no les permite trabajar con acero más sólido y robusto.


Otro de sus defectos es el mango de plástico, que aunque evita que nos quememos al coger el recipiente (algo muy de apreciar), tiene una cierta "vibración" que hace que no sea confiable, e incluso si se le aprieta tienda a moverse y produce unos raros "sonidos", como si no estuviera bien ensamblado.

Como ventaja, los remaches y la unión del mango con el cazo son de lo mejor, y no atraviesan las paredes del cuerpo del cazo, por lo que evitamos tener que limpiar esa parte, siempre proclive a acumularse suciedad y que, muchos otros fabricantes, tienden a perforar, por desgracia. Afortunadamente en este producto de Bra no lo han hecho.


En conclusión, y aunque en Bra nos lo vendan como un cazo "perfomance" de cocina de representación, la realidad es que estamos más bien ante un cazo de tipo medio, la superficie en contacto con el fuego tarda bastante en calentar, y en transmitir ese calor (no es como otras marcas donde llega el calor al alimento y éste se calienta al instante, ahorrando también energía, por cierto), en este aspecto es un cazo de tipo lento, para calentar productos que necesiten mucha pausa, y no tanto para alimentos o líquidos que queramos hacer deprisa, como infusiones, calentar leche por la mañana, o similar. Sin embargo, si lo usamos para calentar papillas, productos infantiles o precocinados irá genial, porque reducirá el riesgo de sobrecalentamiento.

Hubiera sido acertado un mejor diseño del borde, un rediseño del mango, y una zona de contacto al calor mucho más eficiente, y entonces sería un gran producto. De momento, es un artículo que tiene como destinatario un público muy específico, por lo que si no se tienen en cuenta sus inconvenientes a la hora de adquirirlo nos podemos llevar alguna que otra desagradable sorpresa.














| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com

1 comentario :

  1. En el fondo que sea calidad media no es ningún problema. Podría ser mejor claro, pero en el fondo es lo que esperamos de una marca así, al menos de Monix. Bra si que representaba más calidad.

    Lo que me entristece es que un negocio que no iba bien, ahora en manos italianas sea rentable. Qué pena.

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