Pajitas de acero inoxidable de Lacor: ¿alternativa a las pajitas desechables?


Con esta moda creciente contra el plástico, no se salva casi ningún elemento de uso doméstico, y a los que más suelen apuntar los ecologistas es a los productos desechables como vasos, platos o, en este caso, pajitas. En cuanto a los vasos y los platos, es fácil la alternativa (y bastante mejor, beber por un vaso o taza de plástico es bastante incómodo), y el cristal, la loza y similar, suele ser la mejor opción. No solo más ecológica, sino más cómoda.

Pero el tema de las pajitas es totalmente distinto. Las alternativas existentes solo tienen de ventaja el ser reutilizables, pero nada más, porque en todo lo demás tienen enormes aspectos negativos.




Uno de esos aspectos negativos, y sin duda el más molesto, es que la experiencia en la boca no es la misma. De hecho es muy desagradable. Si te gusta "torcer, morder o estrujar" la pajita - como habitualmente lo hacemos, incluso sin querer, por un acto reflejo -, con estos "caños" debes tener mucho cuidado, porque puedes dejarte un diente o causar una seria herida en tu boca.

Ciertamente que el extremo de estas pajitas no es cortante (está mecanizado hacia el interior en forma de arco, para que no dañen), pero si acercas mucho la lengua no es nada agradable. Además, y al contrario que las de plástico, son frías, y se sienten en los labios. No es un gran problema, pero es una sensación algo desagradable cuando intentamos con ellas aspirar el líquido por primera vez.


Otro de sus grandes problemas es el de su limpieza. En Lacor nos aseguran que sus pajitas no se oxidan, y que son resistentes, algo obvio al ser de metal. Para que no se oxiden, lo mejor habría sido elegir titanio, que además haría unas pajitas más ligeras, cómodas de usar, seguras, y calientes al tacto. Para que el acero no se oxide, sin embargo, solo puede haber dos razones: o un recubrimiento, o el uso masivo de cromo y níquel. En el frontal leemos que han usado acero 18/10, es el llamado "acero quirúgico", (AISI 304), que ofrece unas propiedades antioxidantes gracias a contener en torno a un 18% de cromo, y un 10% de níquel, algo que deben tener en cuenta las personas que sean sensibles - o alérgicas - a este tipo de metales. También deben desecharse este tipo de productos cuando tengan rayaduras o estén deteriorados, porque pueden exponerse a una mayor degradación al acero.

Si el acero es un inconveniente no menor, el otro es el de su limpieza. Cierto que incluye un cepillo de limpieza, pero hasta el propio cepillo hay que limpiarlo. Si, como se suele aconsejar, ese tipo de cerdas hay que sustituirlas - solo sea por desgaste - cada tres meses, a los tres meses estas pajitas tendremos que tirarlas y sustituirlas por otras, de manera que no es un producto que digamos muy reutilizable.


Por otro lado tenemos la problemática del mismo procedimiento de limpieza. Interiormente al tener un hueco tan pequeño, y ser tan largas, son difíciles de limpiar, es fácil que se queden restos o humedad en su interior, y por experiencia sé que los hongos no tardarían mucho en aparecer. Si el recubrimiento fuera anti-bacteriano y anti-gérmenes, pues podríamos tener una cierta seguridad en este sentido, pero como acabamos de decir, nada nos asegura que lo sea, y el fabricante no lo menciona, por lo tanto deberíamos considerar que no ofrece ese tipo de recubrimiento (sino lo pondrían, eso es evidente, ya que algo así no dejarían de mencionarlo, porque ayudaría a su venta). Aún con recubrimiento, serían poco seguras, porque hasta ese recubrimiento podría desprenderse.

Por último, algo muy feo que veo que se extiende a muchos productos de este tipo, es que tampoco mencionan dónde están fabricadas. Ponen el nombre de la compañía, pero no dicen si es un producto que ellos han encargado a China, que ellos producen a Asia, o que compran a terceros.

Puede que las pajitas de Lacor, y todo este tipo de pajitas de acero sean una buena alternativa para unos meses, pero desde luego no es la alternativa que la mayoría de clientes buscan. Tal vez si fuera un tipo de pajita que se pudiera "desarmar" a trozos, y luego "ensamblar", para facilitar su limpieza, podría darse el caso de que resultasen competitivas. Pero de esta forma no es un producto agradable de usar, ni cómodo de limpiar y mantener.













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