Los míticos Rocky de los ochenta


Pocas colecciones mantengo ya. Los relojes los he ido vendiendo, incluso los old-school más carismáticos que tenía, como el F-84. De lápices de colores (que también me encantaban por ser de ese tipo de cosas que mezclan la historia mas nostálgica con la simplicidad) hace mucho tiempo que decidí dejar de comprar y cancelar su búsqueda, tras haber conseguido los de la mayoría de marcas importantes. De pilas (me encantaban las pilas de 1,5 voltios) también dejé de acumularlas: hace muchísimo que no las tengo.

Por necesidad unas veces, otras por decisión personal, dejé de acumular y guardar.




Pero hay algo que apenas me ocupa espacio, y que tienen tan gratos recuerdos para mí que los continúo coleccionando: los Inoxcrom Rocky (y el resto de sus series, como los Misty o los Fancy), también conocido como Inoxcrom Rocky 747. Son ese tipo de objetos que representan ese pasado que ya nunca volverá, el de una Inoxcrom inexistente hoy, que ha equipado a escolares, universitarios y profesionales durante buena parte de los años noventa, y casi todos los ochenta.

Aún hoy, cuando a veces los uso (suelo llevar uno siempre conmigo) y la gente los ve, siguen llamándoles la atención. Me resulta curioso cómo, a pesar de todos los colores y diseños estrafalarios de muchos de los bolígrafos de hoy en día, estos sencillos y humildes modelos de Inoxcrom siguen siendo tan seductores, quizá porque los buenos diseños nunca caducan y nunca pasan de moda. Y reconozco que, de entre los que tengo, siempre acabo escribiendo con uno de ellos porque tienen la ligereza y el tamaño más equilibrado de todos los que he probado.


De ellos se lanzaron multitud de combinaciones, incluso ediciones especiales imposibles de encontrar hoy día y también en variantes de portaminas. Fabricados con colopolímero de estireno, butadieno y acrilonitrilo, Inoxcrom S. A. los lanzó al mercado en el año 1984, y estuvieron diez años en la calle, momento en el que su fabricante decide reemplazarlos por los modelos Inoxcrom Today en el año 1994. Sin embargo los Today nunca conseguirían cosechar los éxitos y fama de los Rocky.

Aunque sí había modelos de Misty en las variantes pastel, también existieron los Misty en variantes más bien neón, con colores muy vivos. Las variantes pastel se comercializaban también - como podéis comprobar por las imágenes - bajo la denominación de Fancy.


La intención de Inoxcrom al fabricarlos era conseguir un producto fácil de hacer, y reutilizar los moldes pero, a la vez, pudiendo ser muy personalizable. Por ello, las diversas piezas podían combinarse y cambiar de color y diseños, dando el aspecto de bolígrafos muy distintos entre sí, aunque en realidad fueran el mismo. En esa fase de diseño en Inoxcrom se dan cuenta que el clip "va loco", y requiere un rediseño para fijarlo e impedir que se mueva. De hecho el clip de sujeción traería de cabeza siempre a Inoxcrom, y era el gran defecto de estos bolígrafos, se suele mencionar cómo los estudiantes de aquellos años jugaban con ese clip que era fácil de extraer y de volver a poner..., hasta que la abrazadera finalmente se partía. Por eso era muy habitual ver estos modelos sin su clip (que también era muy fácil de perder, por cierto).

Dejando ese pequeño "contratiempo" aparte, Inoxcrom buscó específicamente un diseño sencillo, persiguiendo sobre todo la robustez en el rudo trato diario. Y ciertamente lo consiguió, podríamos considerar al Rocky como "el F-91" de los bolígrafos. A simple vista podemos apreciar sus formas geométricas simples, con ángulos rectos y hecho en alzado, una simplicidad que se percibe en la pinza del clip (una semiesfera sin más), o en el robusto y sólido pulsador.


Sin embargo, a la par eran cómodos, y sus medidas de 12,3 cmts. eran ideales para manejarlos y transportarlos. Inoxcrom, además, les dotó de un recambio genérico, así que una vez agotada la tinta podíamos sustituir el cartucho y seguir con el mismo bolígrafo sin problemas. Esto colaboró definitivamente a que se le acabara cogiendo mucho cariño a "nuestro Rocky". Porque, efectivamente, su tinta se agotaba, pero el bolígrafo seguía siendo el mismo y acompañándonos curso tras curso.

En los Rocky podríamos diferenciar claramente tres partes: la puntera, el clip y el pulsador, con un cuerpo de forma cilíndrica en el que el asidor (las tres ranuras paralelas) estaban hechas en el mismo molde, por lo que venía integrado en el mismo bolígrafo. La versión de portaminas, además, disponía de amortiguador, para reducir el riesgo de que la mina se partiese con demasiada frecuencia.


Inoxcrom usó la denominación de Rocky por la famosa película de Sylvester Stallone, haciendo hincapié en el principal factor con el que se había ideado y fabricado el bolígrafo: la robustez y la durabilidad. Su tipografía de fuerte negrita muy perfilada buscaba el que pudiera destacar en todo tipo de fondos de color y diseños, por ejemplo, en la especial variante Graffiti, toda una delicia a nivel estético, con el fondo "de cemento gris".

Existió también una versión publicitaria, destinada a regalos de empresa o con fines de merchandising, en ella el fondo era blanco, permitiendo que el logotipo de la compañía, lema o slogan, apareciera muy visible gracias al grosor del cuerpo.

Los Inoxcrom Rocky son, por lo tanto, aún a día de hoy, unos bolígrafos insuperables, enormemente atractivos, sugerentes y prácticos, pero no es solo por eso por los que los tengo conmigo, sino que, además de ser fáciles de guardar (caben en cualquier sitio), de cuidar (son resistentes y su recambio aún se encuentra, ya que, como os contaba, es genérico) y de mantener (no hay que hacerles el mantenimiento ni la vigilancia que tienen otros objetos, como las pilas, sin ir más lejos), es un modelo que me acompañó durante muchísimo tiempo y con el que escribí mis primeras novelas "largas". Eso les hace tener, además, un valor sentimental muy importante.

| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com

7 comentarios :

  1. Gran reportaje sobre la historia de los Rocky de los que yo también soy un gran defensor. Su diseño fue inédito, al menos en España. Un boli de plástico, gordito y corto, cuando el resto iban a por productos más largos y finos.

    Además era barato, y las recargas de Inoxcrom eran una pasada de lo bien que escribían. Recuerdo cuando los bancos regalaban esos bolis, productos que usabas y tenías rondando por casa años y años.

    Los Today los he visto, pero nunca los he usado. Me imagino que van a por lineas redondeadas más de moda ahora, y que la tecnología de moldes puede fabricar a buen precio cosa que antes no era posible.

    No mencionáis los Sakyo, algo más largos y que fueron mis favoritos, porque además venían en versión de pluma estilográfica. Fue la primera pluma estilográfica que tuve, me encantaba su precio, lo bien que escribía, y sus colores.

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  2. Jose Carlos28.7.19

    Era tan común que los dieran de propaganda, que creo que nunca llegué a comprar ninguno.

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  3. Jose Carlos28.7.19

    Era tan común que los dieran de propaganda, que creo que nunca llegué a comprar ninguno.

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    1. Qué suerte has tenido... Yo nunca vi ninguno de propaganda!

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    2. Jose Carlos30.7.19

      Voy a rebuscar en la casa de mis padres y si encuentro alguno te mando una foto a la galería semanal.

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  4. Jose Carlos30.7.19

    Voy a rebuscar en la casa de mis padres y si encuentro alguno te lo mando a la galería semanal.

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