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Bolígrafo Pelikan Beat Pen: el útil perfecto para escribir cada día


Pelikan es una de mis marcas favoritas, tienen cosas realmente fantásticas aunque su principal problema es que, por desgracia, no es fácil de encontrar en tiendas físicas.

De esta marca guardo muy gratos recuerdos porque usaba sus cintas para la máquina de escribir. Mientras que las originales eran muy caras, Pelikan las ofrecía en packs a un precio muy competitivo. Y alguien que, como yo, estaba escribiendo todo el día a máquina y devoraba cintas como un depredador, el poder hacerme con esos recambios a precios asequibles era vital.

La agradable sensación de estrenar cuaderno


Con la invasión de la tecnología, tablets y ordenadores, seguro que a más de uno se le ha olvidado el placentero momento de estrenar un cuaderno. Recuerdo de pequeño el abrir aquella inmaculada hoja de lo que por entonces denominábamos simplemente "libreta", con sus renglones de dos rayas todavía por estrenar. En el pueblo íbamos a adquirirlas a una tienda de ultramarinos, y cada una de ellas, con un dibujo (o fotografía) diferente en el frontal, era todo un descubrimiento. Siempre me decía a mí mismo que la cuidaría, e incluso que coleccionaría su ilustración del frontal. Por supuesto, antes de llegar a la mitad de sus hojas ya estaba el cuaderno destrozado.

En los ochenta, cuando la moda punk y la música techno nos invadía, nuestro reloj pasó a ser digital y los cuadernos pasamos a llamarlos "blocs", que sonaba más moderno. De las dos sencillas grapas de aquellas humildes libretas (en donde, milagrosamente, nos cabían cinco horas diarias de clase: en mi caso de ocho y media a doce y media, y de dos y media a cuatro y media, para acabar antes en los días de frío invierno y darles tiempo a los que llegaban en autobús desde las aldeas, y que no tuvieran que regresar a sus casas con la noche demasiado caída) nos pasamos a aquellos cuadernos de espiral (¡qué gran invento, los muelles metálicos!).

La agenda A6 de Dohe a medio año de uso


A principios de año os hablaba de cómo adquirir agendas anuales notablemente más baratas cuando pasan las fiestas de reyes. Recordaréis también que, si bien usaba el móvil como agenda, este año volvería al método clásico de utilizar una agenda de papel, tras la experiencia de que algunas citas se me habían pasado con el móvil.

Lo que más temía era que me volviera a ocurrir como en los años noventa, cuando adquiría agendas anuales (o dietarios) y tras los primeros meses de uso con la novedad, acabase luego arrinconada.

Y tras el 3310, ¿qué otros productos míticos podrían volver a fabricarse?


El reciente anuncio de la llegada al mercado del Nokia 3310 no es más que la confirmación otra vez, y de nuevo, de la pujanza y el éxito de los productos y artículos más duraderos y robustos de hace años. Curiosamente la mayoría de esos artículos no son recordados hoy por su avanzada tecnología, por la bondad de su memoria o por su display de nítida visión, sino por otra cualidad: su durabilidad. Era esta, en la mayoría de ocasiones, lo que agradecía la gente y lo que después de tantos años hace que regrese a su memoria.

Nokia no es más que una de tantas compañías que intentan aprovechar esa moda de lo retro, como en su día hizo BMW con el Mini, o Fiat con el 500, y tantas otras marcas de tan variados productos (Phoskitos en bollería, Nocilla en dulces...).