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Número 02 del magazine "Revista Relojes"



Ya puedes descargar gratuitamente el número 2 de Revista Relojes, el magazine de información relojera y de noticias de actualidad. [Descargar] [1,18MB, pdf comprimido en zip].

En este número:
- Llega el Apple Watch Series 7. Más "aparato" y menos tiempo de recarga
- El mantenimiento de los relojes en el siglo XVI
- ¿Qué es "el segundero muerto"? Cuando la muerte del segundo marcaba la vida
- En busca de un calendario "para siempre". Calendarios perpetuos, calendarios pre-programados y calendarios automatizados
- Nuevos Armitron "neón"
- Nuevos Timex x Judith Leiber
- Últimas palabras: Nixon & gansters



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Cuando en Maggi regalaban un calendario para tu reloj



Hubo un tiempo en que los calendarios de correa estaban a la orden del día, eran útiles, prácticos y cómodos y, además, permitían ese mantenimiento del reloj al tener necesidad de cambiarlo cada mes, que no dejaba de tener también su lado entretenido.

Tanto es así que en 1982 Maggi (sí, las populares pastillas "a lo Avecrem") regalaban uno de esos calendarios metálicos, dúctiles y que se podían doblar para colocar en la correa. Se trataba de una lámina metálica en la que iban troquelados los calendarios, con doce bloques (uno por cada mes) que el usuario debía extraer y colocar en su reloj. Dicha placa metálica se ofrecía dentro de un sobre de papel. Desconocemos si más allá de 1982 (o antes) siguieron en Maggi con la tradición de su calendario o no, pero ciertamente era un bonito detalle. Si llega a ocurrir hoy, tendría que ser por sorteo y tras obligarte a seguirles por Instagram o cualquier tontería de red social parecida. ¡Qué triste!

Por cierto, que los calendarios estaban hechos por Ceballos, S. A., en Barcelona. Hoy nos vendrían de China.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com

¿Qué fue de aquellos calendarios adhesivos para coche?



Durante años fue un objeto muy popular en los salpicaderos de los coches, los había de diversos colores, y algunos los regalaban como "merchandising" de publicidad con marcas de todo tipo. Su soporte de plástico podía pegarse, y en el "cajetín" había espacio para un minúsculo - pero siempre útil - calendario.

Ciertamente era una molestia el retirar todo el calendario, desplegarlo, buscar el mes siguiente, y volver a "componerlo" doblándolo adecuadamente para que no quedase "hinchado" ni "abombado" en su cartuchera, y quizá por eso algunos llevaban un mes antiguo, equivocado, y que no correspondía con el actual.

Agenda compacta Legami hecha en Italia



Como viene siendo habitual cada año, por estas fechas solemos mostraros algunas agendas. El año pasado fue Finocam, y el anterior Miquel Rius, así que este año cambiamos de fabricante y nos vamos hasta Italia de la mano de Legami. No creáis que el diseño y la fabricación italiana sea cara (aunque desde Moleskine nos quieran hacer creer que sí), tanto es así que esta agenda, completa, con día por página y multitud de "extras" (y un diseño moderno que podemos elegir en muchos estilos, éste es el astronómico) sea cara, de hecho es una de las más asequibles del mercado (dentro de su gama).

Como es habitual, el modelo que os mostramos es, de nuevo, un cómodo formato A6, de tal manera que podemos llevar con nosotros a cualquier parte, en el bolso - caso de las damas - o mochilas - caso de los caballeros -, en el coche, en la oficina, o tener a mano cómodamente. No acaban ahí sus virtudes, Legami nos permite dos tipos de acabado, con idéntico diseño: tenéis esta de espiral, o la clásica de páginas trenzadas/pegadas.

Año nuevo, agendas nuevas: MiquelRius Activa y MiquelRius Pro


Durante las últimas semanas de cada año hay ciertas costumbres que se repiten: villancicos, dulces y gastronomía diversa navideña, el sorteo de Navidad, el belén y adornos navideños, la carrera de San Silvestre... Y las compras y regalos, claro. Entre esas compras hay un artículo especial que es imprescindible, bien sea para regalar, o para nuestro uso personal: las agendas.

Los teléfonos móviles, smartphones y ordenadores no han conseguido ni mucho menos eclipsar a las agendas en papel, por muchas razones. Entre esas razones destacaría, por ejemplo, el acceso y disponibilidad en todo momento, sin necesidad de enchufes ni baterías; la facilidad de encontrar la información, y sobre todo: el poder hacer de esa información algo mucho más fiable, sin temor a que se nos dañe o sus datos se corrompan, como puede ocurrir en las agendas electrónicas de los smartphones o del ordenador. Además, para usarlas no necesitaremos conexión ninguna, algo esencial porque no siempre la conectividad a Internet es fiable.

Comparativa: Rieju Bye Bike vs Peugeot Vogue


Tras quedarme bastante convencido de que no puedo pegarme las "panzadas" de kilómetros que realizaba antes en bici, he estado mirando algún vehículo que pudiera sustituirla para los trayectos más largos y que, a la vez, fuera barato tanto de adquirir como de mantener.

No hay mucho en el mercado: los ciclomotores, tras haberse elevado la edad para conducirlos y endurecido los requisitos para acceder a los mismos (ahora se necesita un carnet específico, el AM, ya ha desaparecido la antigua licencia) han visto cómo su público se reducía notablemente. Y es que en la mayoría de los casos los jóvenes optan ya por pasarse a los 125cc directamente, bien sea obteniendo el carnet A o A1 o, en su caso, sacándose el de coche (el B) y acabando de un plumazo con todas las molestias del antiguo proceso de irse (o pasar) de moto a coche, ya que con el B pueden conducir la moto (hasta los 15 CV, claro, como bien sabéis), y también el coche.

¿Cómo eran las agendas en los años noventa?


Aprovechando que he tenido la oportunidad, y dado que recientemente he tratado el tema de lo completas que eran las agendas de antes, con ocasión de las reviews que he hecho sobre algunas agendas y dietarios de este año, vamos a hacer un apasionante viaje al pasado y, como si acabasen de salir de la editorial, vamos a analizar algunos modelos de agendas de los años noventa.

En algunos de esos modelos han caído sobre ellos más de veinte años, puede que muchos de nuestros pendrives y tarjetas de memoria no puedan decir lo mismo. Por cuestiones de privacidad, en algunas agendas he ocultado información escrita, pero en lo demás la agenda aparece tal y como está ahora, o sea, con muchos años a sus espaldas. Sé que os resultará sumamente interesante esta curiosa comparativa entre las agendas del pasado, cuando ese mercado vivía los últimos coletazos de un tiempo que no se volvería ya a repetir.

El momento ideal para comprar agendas y dietarios


Las Navidades ya han pasado, los reyes ya han pasado, y todo el mundo que tenía que regalar agendas ya lo han hecho. Las tiendas y centros comerciales apuran los últimos restos antes de devolverlas y cerrar la temporada, cosa que ocurrirá en unas semanas. Por lo tanto, es el momento más propicio para hacernos con una agenda, si no lo hemos hecho ya. La razón es que las tiendas saben muy bien que, lo que queda, difícilmente se va a vender ya. De manera que si has tenido paciencia, ahora es el momento de aprovechar, antes de que las retiren de las estanterías.

Hoy voy a aprovechar la ocasión, por tanto, para hablaros de tres modelos de agendas diferentes y comentaros sus pros y sus contras, por si os resulta de utilidad antes de acercaros a vuestra papelería preferida. Una de ellas, precisamente, será también mi agenda de este año, en concreto una Dohe.

Agendas y papelería Finocam


Normalmente llevaba toda la agenda de tareas a realizar en mi móvil, pero hace unos meses me ocurrió un hecho desagradable: como el móvil almacena la información del mismo día, solapando una entrada a la otra, resulta que un acontecimiento importante ocurrido el pasado julio me pasó totalmente desapercibido. Entonces me dije que nunca más, y decidí volver al papel.

Hacía años que no usaba una agenda, aunque también es verdad que durante los años noventa sí las usaba, pero con la llegada de la telefonía móvil y sus cómodas agendas acabé prefiriendo el formato electrónico porque lo veía más cómodo, ya que me facilitaba llevar toda la información conmigo sin ocupar espacio ni teniendo que transportar peso extra. Pero tal como existen sus bondades, también tiene sus inconvenientes, y entre ellos no solo se encuentra el que sea más fácil que nos despistemos y perdamos alguna cita importante (en la agenda del papel, al poder ver varios días de un solo vistazo, es más difícil que ocurra), sino que tiene un potencial riesgo de que se nos extravíe, el móvil se dañe o perdamos los datos (o los borremos por accidente sin que nos demos cuenta).