El bulo de las gafas con filtro de luz azul


Cuando fui a adquirir mis últimas gafas, pedí junto con el filtro UV (no sé por qué tienes que pedirlo, se supone que todas deberían llevarlo de fábrica) el de luz azul. Es un filtro que se ha puesto muy de moda en las ópticas, tanto para gafas de sol como para gafas de ver, o sea, las "normales". La cuestión es que ese filtro, (que aunque tergiversa mínimamente los colores, es recomendado por todos los ópticos "del planeta"), tiene un coste bastante elevado. Tanto que decidí prescindir de él y no ponérselo.

Los cristales que llevan filtro de luz azul se reconocen a simple vista de una manera bastante sencilla: basta inclinarlos un poco hasta que emitan reflejo, y entre esos reflejos suele encontrarse uno característico azul intenso. Ese es el filtro.

¿Por qué lo hacemos?


Hace unas semanas despertábamos con la noticia del lanzamiento del cohete de la India en su intento por alcanzar la Luna en septiembre. Así, India se convertiría en uno de los pocos países (solo han llegado Estados Unidos, la URSS, China y Japón) en repetir la hazaña de llegar a la Luna (ya lo hizo con el Chandrayaan-1 en 2008).

Me llamó la atención el enorme contraste de una misión espacial de este calibre, con la realidad que viven - y padecen - las gentes de la India. Esta misma mañana la cadena RT emitía un documental sobre la vida de las mujeres indias. Muchísimas ancianas tienen que alojarse en centros de acogida en condiciones penosas, en instituciones de caridad, porque cuando se quedan viudas sus hijos las echan de casa. La mayoría de las mujeres indias no pueden elegir con quién casarse, es el hombre quien decide y escoge mujer. Por eso, no es extraño que en numerosas ocasiones las parejas aborten cuando constatan que están esperando el nacimiento de una niña.

El sospechoso baile de las cifras de contagiados por COVID-19 en el mundo


Esta mañana leía que en Perú van con 80 días de confinamiento, y ayer el presidente salía diciendo que no sabía hasta cuando se extendería. Puesto en contexto, en España hemos estado mes y medio y ya nos parecía eterno, imaginaros 80 días. Claro que también declaraba un médico que todo lo habían hecho mal, que la gente no tenía de qué vivir y que muchos incumplían la cuarentena porque sobrevivían con la economía sumergida, que los centros sanitarios estaban sin medios y que no podían hacerles seguimiento a los casos, así que se contagiaban sin que nadie pusiera freno. Decían que el gobierno había querido hacer un confinamiento como si fuera un país del primer mundo.

Luego, desde el Ministerio de la Salud aclararon que superar la curva no era bajar de casos, que era como una meseta en línea recta. Por eso es lógico que nos resulten muy poco fiables las cifras de contagios y muertes de esos países, ni ellos mismos las saben, ya que ni siquiera hacen pruebas, ¿así como van a constatar quien muere de COVID-19 y quien no? Y hablando de cifras, en España otro tanto de lo mismo, llevan una semana congeladas y ayer Simón habló de casi 100 casos nuevos importados.

En resumen, que cuando se abran las fronteras esto va a ser un caos. Lo malo es que a este paso ya nadie se fiará de las cifras de nadie. De hecho en Brasil pasaron de todo y ya ni las publican (con la excusa de consolidar las series, más o menos lo mismo que se aduce desde el Ministerio de Sanidad de España para congelar también sus datos). Supongo que pensarán que para qué dar ya cifras de nada.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com

¿Y el confinamiento en África?


Ya hemos hablado sobre la cuarentena/confinamiento en países de Sudamérica, pero la pandemia de la COVID-19 es global, por lo que afecta a todos los continentes. Sin embargo, poco o muy poco se habla de los países africanos, ¿cómo se viven allí los confinamientos? ¿Qué medidas adoptan los gobiernos en los diferentes países?

Vamos a tratar de daros, como en la anterior ocasión, un somero y rápido repaso a todo ello.

Calculadoras solares o a pilas, ¿cual es mejor?


Yo suelo usar una calculadora a pilas, pero sin embargo, siempre suelo aconsejar una solar. No es una incongruencia, tiene su explicación.

Ayer me "regalaron" una Casio HL-820, ese tipo de calculadoras de bolsillo se hicieron muy populares a principios de siglo, con la introducción de la moneda europea. "¿Qué le ocurre?", pregunté yo, en la creencia de que estaría estropeada.

Como mucha gente sabe de mi afición por Casio, a veces vienen a mis manos los objetos más variados de esa marca, da igual su estado o su antigüedad. En el caso de la HL-820 me dijeron que no le pasaba "nada". En teoría la calculadora estaba perfecta.

El idioma inglés y los embalajes


Probablemente los que tengáis más edad recordaréis que, ver un producto con un embalaje cuya información estuviera en inglés era algo muy poco habitual en nuestro país. Cuando de adolescente acudía a un gran centro comercial de la capital, me resultaba enormemente extraño encontrar algunos productos importados - muy pocos - con una pegatina en español, y debajo la información original, en alemán o/e inglés, lo cual me llamaba mucho la atención. Eran esas las escasas ocasiones, porque en el resto de tiendas los productos con toda la información en español era lo más habitual.

Sin embargo, durante estos últimos años, y en especial en esta pandemia, hemos tenido ocasión de ver cómo, a falta de productos nacionales, es lo habitual encontrar productos con toda la información en idioma extranjero, y nada de ella en español. Aunque yo, en el colegio, estudié francés, siempre me empeñé en tratar de aprender inglés, porque en una de mis pasiones - la informática - no eras nada sin una base de inglés. Es cierto que de todo lo aprendido, y casi sin practicar, muy poco me queda, pero puedo leer bastante bien la información en inglés, no es algo que me resulte, en cierta manera, "extraño". Esto se debe también a varias razones, y es que siempre procuro tener el inglés en mi día a día: poner mi teléfono móvil con sus menús en inglés, usar relojes con la información en inglés, y leer las etiquetas e información de envasado en inglés.