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Los "clicks" Play-Cefa y Play-Big, de Cefa


Famobil, Playmobil, Airgamboys..., sabéis que en Duraderos solemos tocar bastante de estos simpáticos muñequitos, especialmente cuando se trata de su historia. Pero, entre ellos, hoy os vamos a traer una opción más que no suele mencionarse, podría decirse que son los grandes desconocidos entre "los clicks" españoles. Celulosa Fabril S.A. (CEFA), era - y es - una compañía fundada en 1946 por Eduardo Blanchard Castillo (1915-2005). Aunque de origen francés su familia, Eduardo nació en Bárcena de Cicero (Cantabria), donde se habían establecido sus padres. Con el fin de estudiar la carrera de química, se traslada a Zaragoza en 1934, una ciudad en la que culminaría sus éxitos. Tras un periodo en una compañía alemana, y tras haberse casado, funda en Zaragoza CEFA, en 1946, con el fin de fabricar las celulosas para tapones de bebidas, y productos químicos y farmacéuticos (jabones, gelatinas...). Luego, en los sesenta, pasarían a los plásticos, y en 1970 y la década de los ochenta triunfan con sus juguetes y juegos de mesa.

La década de los noventa, sin embargo, no es nada fácil, y ante el reto de un mercado - el de los juguetes - muy amenazado por la masificación de los productos chinos de bajo coste, la división de juguetes se independiza con una nueva firma, Cefa Toys, pasando Cefa a especializarse en productos para el automóvil (piezas de plástico para diferentes partes de los vehículos).

Las suecas por las que perdían el juicio los españoles


En los años sesenta y setenta se desató en España una auténtica fiebre por "las suecas". Esbeltas, rubias, altas, de largas melenas..., inundaban nuestras zonas costeras y de playa cual sirenas. Y los españoles pequeñajos, barrigudos, bigotudos muchos de ellos, bebían los vientos por ellas.

Las suecas representaban un sueño idealizado para los españoles, que aún seguían padeciendo las consecuencias del régimen franquista. Por aquél entonces los países nórdicos eran ya tremendamente avanzados a nivel social, nada que ver con la España de la época.

Y las nórdicas, para el españolito de a pie, eran lo más.

Los gánsters y "la ley seca"


Cuando llegué a casa mi "coleccionista de Playmobil" particular me había dejado un regalo: la figura del gánster de la última edición de Playmobil. Se trata de una de las figuras más demandadas y buscadas por los coleccionistas y, en mi caso particular, uno de los pocos modelos que me atraía de los últimos lanzamientos de la famosa firma.

Ambientado en los años 30 del siglo pasado, lo mejor es la reproducción de la ametralladora, la conocida como "Tommy gun", o la "Thompson submachine gun", un arma inventada por John T. Thompson en 1918 y que fue sin duda el arma que el mundo del hampa ha hecho más famosa. El modelo en particular y el más reconocible es el Thompson M1921, aunque esta arma tiene muchos apodos por los que es también mundialmente conocida: "Tommy Gun", "Annihilator", "Chicago Typewriter" (este es muy simpático: "maquina de escribir de Chicago"), "Chicago Piano", "Chicago Style", "Chicago Organ Grinder", "Trench Broom", "Trench Sweeper", "The Chopper", o simplemente "The Thompson". Las referencias constantes a Chicago es porque era uno de los centros donde este tipo de delincuentes prácticamente "campaban a sus anchas", convirtiendo las calles a veces en auténticas batallas campales y casi en zonas de guerra.

La leyenda del cascanueces


Uno de los personajes más buscados de la nueva serie de figuras con partes intercambiables (la Serie 14) de Playmobil es, sin duda, El Cascanueces. Como ya dije en alguna ocasión, conozco a una chica que es una adicta a las figuritas de Playmobil, así que he aprovechado para que me la preste y, además de presentaros esta curiosa figura, hablaros un poco del personaje.

Como es obvio, Playmobil ha reutilizado los moldes de algunos otros personajes para hacerla: el pelo de "las bomberitas", al que le ha añadido unos "rulos" o tirabuzones, la espada y el cinturón, etc. Lo que más llama la atención, y lo interesante (como veis, los complementos no son para tirar cohetes, excepto el gorro, muy bien hecho por cierto) son los detalles en las decoraciones, todas ellas, por fortuna (y no como antiguamente, que eran simples pegatinas) grabadas. La cara, con la extraña boca pintada del muñeco de madera, y una chaqueta muy adornada por todas partes: hombreras, pañuelo...