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El "regalo" de Navidad de Movistar


Durante las fechas navideñas es costumbre hacerse regalos. Las familias, los amigos, e incluso entre compañeros de trabajo, se hacen regalos deseándose mutuamente que el nuevo año llegue con fortuna y con grandes beneficios.

Pero no es así entre las multinacionales como Movistar, siempre tratando de aprovechar la menor oportunidad para ver cómo pueden "colar" sus abultadísimas tarifas en la ocasión que tengamos la guardia más baja. Y tanto es así que en Telefónica aprovechan estas fechas para darte un "regalito", pero éste de otro tipo, que no es más que incrementos en sus tarifas.

Comparativa: filtros ADSL de Telefónica-Movistar


Dado que he podido reunir los primeros filtros para línea ADSL con wi-fi (los que ofrecían en Telefónica a mediados de la década pasada, cuando empezaron a distribuir wifi) con los últimos que, ya bajo la denominación Movistar, la firma española ofrece en su "home station ADSL", he decidido hacer una pequeña comparativa viendo lo mucho que ha cambiado este servicio en los últimos diez años.

Lo primero que llama la atención es que su kit ADSL actual con wifi es un poco "para tontos". Mientras el primero te permitían configurar todos los parámetros (incluso tenías que poner las DNS manualmente), en el último llega precargado de fábrica. Es más, hace unos años la configuración se realizaba a través del portal Alejandra, dándoles más control a Movistar. En los últimos años (al menos en algunos routers) ya se puede de la forma más lógica, o sea: la de toda la vida, accediendo a la configuración del módem-router ADSL de Movistar desde el navegador (192.168.1.1) y con la clave y usuario por defecto (1234 en ambos caso). En algunos casos (como en los Telecom BHS-RTA) puede ser necesario reiniciar el router a los parámetros por defecto antes de hacerlo (mantener pulsado durante unos diez segundos el agujerito de "reset" de la parte posterior del módem-router, con un objeto punzando -la punta de un bolígrafo-).

El Centro de Atención al Cliente de Movistar, de pago


No se si lo que hacen es legal, supongo que lo que intentan es sacar dinero de donde sea, y puesto que llamar al CRC (Centro de Relación con el Cliente) o al SAT (Servicio de Atención Técnica) de un operador de telefonía es una de las cosas que casi seguro tendremos que hacer en alguna ocasión, qué mejor que ponerlo pagando. Eso debieron pensar en Movistar, y me sorprendió bastante dos cosas: la primera es que, llamando a su "antiguo" CRC (el 609), ahora lo han llenado de IVRs (voces pregrababadas). Te enfrentas a respuestas "enlatadas" para todo, de hecho creo recordar que tienen hasta cuatro filtros para llamar (antes tenían solo uno), es decir: llamas, un IVR te deriva a otro, a otro, y así hasta cuatro grados. Al final, si lo que quieres (o lo que necesitas) es hablar con un agente (un "comercial"), te indican que llames a un número de tarificación especial: el 224430.

Éste número no es gratis. A día de hoy tiene un precio de establecimiento de llamada de 20 céntimos, y de 6 céntimos/minuto, es poco, pero haced una simple suposición mental con las miles de llamadas que reciben al día, y os daréis cuenta del enorme beneficio que obtiene Movistar con ese cambio. Supongo que, si nadie dice nada ni se lo impide, las demás operadoras seguirán sus mismos pasos.

El primer router wifi de Telefónica


Corría el año 2005 y Telefónica empezaba a ofrecer servicios de ADSL con tecnología Wifi en un mismo paquete. Por aquel entonces en mi casa -como en tantas otras- para conectarse a internet había que armar un poco "la marimorena". Como la roseta del teléfono se encontraba en el salón (junto al teléfono que en su día, cuando esto de internet no era más que una figuración aún, se instaló), y mi módem y mi ordenador en mi habitación, tenía que desenchufar el teléfono y lanzar un cable RJ-11 a través de todo el pasillo, con la consiguiente molestia para el resto de la familia (que no le encontraban mucho el sentido ni a los ordenadores ni a internet) y, encima, la anulación del servicio de telefonía mientras estuviera conectado a internet.

Además de las molestias, el trasiego de tanto cable y de poner y quitar hacía que en la ferretería estuvieran de mí hasta el moño de tanto comprar metros y metros de cable telefónico, y aunque las rosetas las cambiaba yo mismo, los cables de conexión de cobre también estaban habitualmente en las últimas.