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Trolleybus: el transporte del futuro que se quedó en el pasado


Si por el aire mi transporte preferido es el Zeppelin o dirigible, y por tierra la bicicleta, como transporte colectivo uno de los que más me atraen es el trolleybus. Aunque a veces el trolleybus se tiende a confundir con un tranvía, posee algunas importantes diferencias, como el que no va sobre raíles y, por lo tanto, sus ruedas poseen neumáticos. En realidad, un trolleybus no deja de ser un autobús pero movido por motores eléctricos, alimentados desde una catenaria (conectada por el trolley) como si fuera un tren eléctrico. Une lo mejor de ambos mundos, es decir: la polivalencia y la asequibilidad de una movilidad sin vías, y la economía y ecología de una máquina eléctrica.

Seguramente muchos se preguntarán cómo es que puede estar unido a una catenaria, sin estar unido a una vía férrea. El secreto está en el mismo trolley, que es telescópico, extensible y multidireccional. De esta manera, el conductor tiene cierta "libertad" de movimiento en los giros.

Economía de escala (o por qué las bombillas que fabricamos aquí se venden en China)


Tengo un amigo que posee un taller, en el cual se dedica a la construcción y montaje de diferentes elementos arquitectónicos para servir de decoración y utilería. Él siempre defiende los productos de origen español y a los proveedores españoles, e intenta adquirir las piezas que él no puede construir, así como las piezas accesorias, siempre en proveedores regionales y, de no ser posible, en proveedores nacionales. De esta forma intenta proteger no solamente el producto español, sino el trabajo hecho por mano nacional.

Pero hace unas semanas, mientras conversábamos me decía que estaba intentando encontrar unas piezas para uno de sus modelos que no encontraba por ningún sitio, y que él creía que quizá incluso ni se producirían cosas como la que buscaba. Me comentaba que estaba sopesando el producir esas piezas él mismo, aunque eso le fuese mucho más caro. Las piezas que él pensaba producir serían de aluminio y para ello tendría que adquirir grandes listones de ese metal. Luego, a otro proveedor, encargarle cortarlos a determinadas medidas y con determinadas formas, y hacer finalmente él mismo la terminación y el acabado.