Gente honesta



Hace tiempo decidí regalar el patinete clásico al que le habíamos hecho una prueba en el blog, a un chico que le hacía mucha ilusión. Cuando lo estuvo usando, y tras comprobar que ese tipo de vehículos de movilidad no iban con él, decidió devolvérnoslo. Admitió que no eran lo que pensaba y que se había llevado unos buenos sustos al usarlo así que, como no quería seguir tentando a la suerte y terminar rompiéndose la crisma, prefirió deshacerse de él y no dejarlo aparcado adornando en una esquina.

Me han resultado muy gratificantes su sinceridad y desprendimiento, porque era un elemento al que le tenía muchas ganas y bien podría, si hubiese querido, guardarlo "para admirar". Pero no, decidió que alguien pudiera seguir dándole uso.




También podría haberlo vendido, y haber sacado dinero por él, dado que estaba como nuevo. Otras personas lo hubieran hecho, y nadie tendría que decirles nada, pero él decidió que como era gratis, debería volver a mí. Ciertamente no pudo pagármelo "monetariamente", pero bien me lo ha pagado trayéndome comida todos estos meses que he estado "a dos velas" por diferentes gastos médicos e imprevistos.

Aún siguen existiendo personas así. Por desgracia no son la mayoría, pero entre ese maremágnum de noticias que nos asaltan día tras día en los periódicos de abusos, delincuencia y corrupción, queríamos hacer mención a esas otras otras personas que calladamente, sin armar ruido, consiguen que aún quede alguna frágil esperanza para nuestra salvaje y deshumanizada sociedad.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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