¿Cómo debía ser antes un reloj?


Quizá las cosas no han cambiado tanto. Antes, como ahora, un reloj debía ser resistente y robusto, pero en otros aspectos las diferencias son notables (entre las principales, la precisión, por supuesto).

Esta publicidad de la marca española Quillet nos puede servir perfectamente para compararlo. Está fechada ni más ni menos que en el año 1928, hace la friolera de casi cien años. Por aquel entonces vemos cómo a los relojes de bolsillo se les denominaba "cronómetros", en realidad se usaba como sinónimo ya que el cronómetro en sí tardaría bastante en hacerse popular.




La marca comercializaba dos modelos, el 1, y el 2, el primero con tapa, y el segundo sin ella. Con una diferencia de precio notable entre ellos dos: 124 pts. sin tapa, y 140 pts el modelo con tapa. Aunque es difícil cuantificar la valía de esos precios a la fecha actual, podríamos intentar valorar esos precios teniendo en cuenta que un asalariado en aquella época podía cobrar desde las 700 pesetas, hasta las 1.500, aproximadamente, al año. Lo cual viene a ser, en el mejor de los casos, unas 125 pesetas al mes. Dicho de otro modo: este reloj mecánico nos costaría lo que hoy un GWF-D1000 Frogman (estamos hablando de sueldos de operarios medios, no de salarios de diputados, se entiende), por eso no es extraño que los de Quillet ofreciesen pagos a plazos de hasta 17 meses "sin adelantos", de 8 pesetas al mes.

¿Y qué obtenías a cambio? Pues una garantía del reloj para 5 años (bastante más que las que hoy ofrecen las marcas, incluso las más elitistas, que no pueden llegar a dar esa garantía). Y en su publicidad, leemos:

"Muchos son los relojes que todos los días se ofrecen al público a bajo precio, y éste queda igualado a su mala calidad. A su deficiente marcha se juntan la incomodidad y el mal gusto. No rinden ningún servicio".

"Estos relojes resultan en realidad más caros por las constantes reparaciones que hay que hacer en ellos".

Y añaden lo que, para ellos, debe ser un "reloj moderno":

"Práctico y capaz de responder a lo que de él se exija en cualquier momento del día. Debe reunir:
1- Un mecanismo sólido y finamente construido con los últimos perfeccionamientos.
2- Debe ser construido con metal fuerte y reunir las condiciones de buen arte y buen gusto.
3- Debe responder por la bondad de su estilo y elegancia a las exigencias de nuestra época refinada".


Ciertamente le faltan muchas comas al texto, pero sigamos:

"La forma de nuestro cronometro es elegante como la de los relojes planos de la fabricación moderna, resultando por su solidez y precisión un cronómetro de los más perfectos. Cuadrante de esmalte fino, cifras árabes y cuadrante de segundos".

"Este reloj es:
- El más perfecto
- El más preciso
- El más elegante
- El más sólido
- El más inalterable...

...que se ha fabricado y solo un técnico examinándolo muy detenidamente, puede reconocer que no es un cronómetro de oro de 600 pesetas".

"Su movimiento con escape de áncora, línea recta, platón doble, levées de rubí visibles y montado sobre 15 rubíes finos, volante antimagnético, espiral Breguet, que en junto le dan una regularidad de alta precisión y es insensible a los cambios de posición y a las variaciones de temperatura".

"Va acompañado de un Boletín de Marcha y de Registro, expedido por una de las primeras Manufacturas de Relojería del mundo".

"Está garantizado por 5 años y su precisión es absoluta, siendo insensible a la imantación que producen las dinamos y otras máquinas eléctricas".


Con tantas bondades, casi dan ganas de salir a comprar uno... Pero sigamos:

"La caja no es de acero para que no pueda oxidarse, no es de plata porque esta se amarillea o ennegrece, ni es de oro porque por su precio tendría que ser sumamente delgada y por lo tanto incapaz de mantenerse intacta durante años".

"Inalterable como el oro y tan resistente como las cajas de 600 pesetas, y tiene la misma forma, la misma apariencia, las mismas ventajas del oro puro, siendo su precio infinitamente más bajo".

"La caja es pues, chapeada en oro, composición inalterable y siempre fija que no se gasta y cuyo metal después de usado se compra a 9,75 ptas. el gramo, es decir: 8 veces más caro que la plata".

"Nuestro cronómetro moderno lo mandamos encerrado en un elegante estuche, bajo las condiciones del boleto que adjunto publicamos".


Increíble. Chapado y todo, -y ahora nos quejamos de la resina-, un "metal inalterable", por 1000 €. Pero lo que más me ha llamado la atención es la cantidad de datos que pedían, que le sacarían los colores a cualquiera agencia de protección de datos digna de ese nombre: edad, profesión..., y la dirección, además, del empleo. Por si tenían que ir a buscarte al trabajo para pedirte las letras sin pagar. Y mientras no las hayas pagado, se considera "en calidad de depósito en poder del comprador", vamos, que te lo prestan.

Claro que, vistos algunos créditos bancarios de hoy, donde te meten en la lista de morosos en menos que canta un gallo, quizá lo del cupón no sea para tanto.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com

3 comentarios :

  1. Muy bonito el reportaje, recordando antiguos tiempos, valores y empresas. Además el tono irónico del final con el banco me encanta.

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    1. A mí me sorprende que digan que un chapado se paga al peso más que la plata, jaja! Ojalá fuera así, o sea, que muchos Collection chapados (AE-2000, W-211...), son mejores que si su caja fuera de plata. En fin.

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  2. Imagino que sólamente se referían al revestimiento de oro. Ahora bien, seguro que costaba más extraerlo que el propio coste del metal.

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