Prueba de la estufa de parafina Tectro R 233 TC


Cuando uno se pone a buscar una estufa, en el mercado encuentra multitud de soluciones, variantes y marcas que puede converir esa búsqueda en una tarea ardua y complicada. Sin embargo, en su esencia y a la hora de la verdad, todas ellas se podrían dividir en dos grandes grupos: por el tipo de combustible o energía utilizada, y por el tipo de calor o forma de generar éste.

En lo que a combustible respecta, tenemos las estufas que usan gas (que pueden ser a su vez radiantes, de llama azul o catalíticas), las que usan pellets, y las que usan parafina o queroseno (es lo mismo). Por otro lado, tenemos las estufas u hornillos eléctricos, o los calefactores. Este tipo de elementos calefactores generadores de calor no queman combustible, sino que funcionan mediante una resistencia que se calienta a alta temperatura, y cuya energía la obtiene de la corriente eléctrica. A pesar de que su calor es casi inmediato, limpio y seco, su efíciencia energética es muy escasa (tardan mucho en calentar lugares grandes o ambientes muy fríos) y, además, son muy caras (la factura de electricidad por kilowatio hora no compensa). Solo son aptas y recomendables para calentar algo muy esporádicamente, y por un corto espacio de tiempo, nada más.




Por lo tanto, entre las soluciones realmente útiles y eficientes que nos quedan, vamos a centrarnos aquí en las de parafina. Para ello, analizaremos en profundidad el modelo R 233 TC de Tectro, una submarca de Qlima.

Lo primero, empecemos por su fabricante. Qlima es lider mundial en soluciones de ambiente, no solamente fabrican elementos de calefacción y estufas, sino que su negocio se diversifica también en climatología portable (estufas) e instalable (aire acondicionado, deshumidificadores, purificadores de aire...). Lo bueno de esta marca, para nuestro caso en particular, es que ellos también distribuyen su combustible, es decir: donde adquiramos la estufa, podremos adquirir también su combustible específico, consiguiendo con ello un combustible hecho y pensado para trabajar con sus estufas tanto en cuestiones de calidad y seguridad, como en comodidad. De manera que, adquiriendo sus productos, podremos seguir utilizando la estufa con un combustible pensado para ella, algo que en estufas de parafina es sumamente importante, ya que es con lo que funcionan.


La estufa de parafina tiene muchas virtudes, una de ellas es que es un dispositivo sumamente sencillo y básico. Llevo con estufas de parafina desde finales de los años ochenta, y desde entonces puedo decir que lo único que ha cambiado en ellas (o casi lo único) es el procedimiento de encendido, ahora se utiliza una resistencia, mientras que antiguamente recuerdo que las encendíamos con un encendedor de cocina, o incluso con cerillas. También es verdad que a las estufas de toda la vida, que podían funciona de manera independiente, ahora podemos encontrar en el mercado estufas de parafina más sofisticadas y de un uso más cómodo, como son las estufas de parafina con tecnología láser. No son estas las que vamos a tocar aquí, pero mencionarlas para quien le pueda interesar.

Esa simplicidad en este tipo de estufas de la que hablábamos es, sin lugar a dudas, uno de sus puntos fuertes. Con un mantenimiento básico podremos disponer de una estufa durante años de servicio, a un coste, tanto de recambios como de uso, muy asequible. De hecho, podemos desarmar casi por completo la estufa para acceder a su interior y limpiar elementos como el filtro, o cambiar la mecha.


Así, no es extraño que este tipo de estufas tengan como uno de sus mercados más fuertes el sudamericano, ya que se prescinde de toma de corriente, instalación o conexiones accesorias. Básicamente es llenar el tanque, y comenzar a producir calor. Para garajes, bajos comerciales, almacenes, terrazas o viviendas en donde no haya la posibilidad de otro tipo de conexiones, o se requiera una fuente de calor robusta, asequible y manejable, es lo ideal.

A grosso modo, la estufa de queroseno o de parafina funciona como una lámpara de cuerda y de aceite "a lo grande". En la parte central tenemos un quemador, dentro del mismo se encuentra una mecha de fibra de vidrio, y detrás de ese conjunto un reflector de calor. Completan el conjunto el encendedor (en realidad una resistencia de tipo eléctrico, que funciona a pilas, como decíamos no es necesario enchufe alguno), un botón de apagado, y un depósito. Básicamente el botón de apagado funciona "ahogando la mecha", el mismo principio por el que se apaga un encendedor Zippo, por ejemplo. Nada más simple.


El calor de la estufa de parafina
Empecemos con la parte "mala" o de la que mucha gente se queja: el olor. Ciertamente la parafina huele, al fin y al cabo es un combustible que va quemando también el oxígeno del ambiente, pero eso también lo hace una estufa de leña, por ejemplo. Sin embargo esto depende mucho de varios factores, el principal, es que la parafina tiene de ser de calidad. Cuanto peor sea la parafina, peor arderá y más olor desprenderá. Esto es algo básico y que trataremos más en profundidad cuando hablemos de los combustibles. El otro motivo es que algunas personas tienen la manía de "encerrar" la estufa en un sitio sin aireación, por lo que el olor se concentra más. Teniendo en cuenta estos detalles, y adquiriendo una parafina de calidad, estos inconvenientes se reducirán notablemente. Asimismo, debemos tener un mantenimiento básico de la estufa, cambiando la mecha cuando sea necesario.

Respecto a las ventajas, son varias. La primera es que las estufas de parafina producen calor seco, es un calor que no produce humedad, al contrario que las que funcionan a gas que, aparte del olor a ese mismo gas, sí desprenden humedad al realizar la combustión.


La otra ventaja de las estufas de parafina es su eficiencia energética, que llega al 90%. O lo que es lo mismo: el combustible pasa a ser calor de una forma muy eficiente. Además, es barato (siempre que lo usemos con un poco de sentido común, claro: es una estufa, no una calefacción central para encenderla todo el día), y fácil de transportar, no tenemos que andar con botellas de butano, ni leña ni historias. Si la usamos unas pocas horas al día, una garrafa de veinte litros nos puede durar varias semanas. Con una garrafa que nos sale en torno a los cuarenta euros, tendremos una fuente de calor eficiente y barata.

Pero eso no es todo: su calor es seguro, ya que, al contrario del gas, no explota ni tenemos que usarlo comprimido en botellas.


Comodidad y bienestar
Otro de los aspectos más interesantes de las estufas de queroseno es su polivalencia. Las podemos mover y trasladar a los ambientes que necesitemos, y disponer de calor prácticamente al instante. Podemos apagarlas y almacenarlas con seguridad, y recurrir a ellas en las temporadas de más necesidad. No solamente ofrecen una solución de ambiente cálido interior, colaborando a una mejora ambiental de la estancia, sino que supone también un elemento con un mantenimiento fácil, sencillo, y además, barato.


Uso y mantenimiento
Con el fin de evitar los olores que suelen producirse, sobre todo, durante los primeros días de uso, es conveniente seguir una serie de recomendaciones. La primera es que, tras encenderla la primera vez, o tras haberla guardado durante un uso prolongado de tiempo, debemos esperar a que la mecha se empape de combustible, al menos durante 30 minutos (yo la verdad es que os aconsejo que la dejéis empaparse bastante más, si puede ser más de una hora al menos). Esto alargará también la misma mecha, y colaborará a mantenerla en buen estado. Por lo tanto, primero llenaremos de combustible el tanque, y tras reponerlo, esperaremos media hora, aproximadamente, a que la mecha se vaya empapando, cosa que ocurrirá por gravedad (la llegada de combustible) y por capilaridad (la humectación de la mecha), que es un proceso más lento.

Antes de guardarla para el verano, debemos hacer el procedimiento inverso: esperar a que la estufa agote todo su combustible (incluyendo el de la base del quemador), para lo cual deberemos encenderla, y no apagarla, de manera que se agote toda la parafina disponible. Hay que hacer notar que en los últimos momentos de quemar todo el combustible, desprenderá algo de olor.


Otro detalle a tener muy en cuenta es no forzar el encendido, con lo que así alargaremos la vida útil de la resistencia.

Con un uso normal, la mecha debería durarnos mucho tiempo, pero si notamos mala combustión o se reduce la eficiencia calorífica, deberemos proceder a su sustitución. Por menos de 20 euros tenemos mechas en el mercado, que se instalan colocándolas alrededor del quemador, y tras lo cual volveremos a tener de nuevo la estufa de parafina plenamente operativa. Es más sencillo que sustituirle la mecha a un encendedor Zippo.


Procedimiento de retirada del embalaje
Retirar el embalaje para tener la estufa preparada para su primer uso es muy sencillo, pero requiere una serie de procedimientos que hay que conocer. La razón es que en Qlima/Tectro son muy cuidadosos en el proceso de embalaje, para asegurar que sus estufas se transporten en las mejores condiciones. Por ello, en la caja la estufa va incrustada entre dos bloques de poliestireno expandido (porexpan). No intentes sacar la estufa con ellos, porque el poliestireno hará de presión y puedes dañar la estufa. Nuestro consejo es que cortes uno de los laterales de la caja, y podrás sacar cómodamente la estufa retirando el poliestireno

A continuación verás que el quemador tiene una pieza de cartón, y está suspendido sobre otra pieza de poliestireno. El quemador es una de las partes más delicadas de la estufa, por lo que debemos tener cuidado cuando lo manipulemos. Para quitarle los protectores, no intentes sacarlo "a bloque", primero introduce los dedos por los laterales de la parte superior del cartón, encontrarás dos huecos. Tira del cartón (del cartón, no del quemador, claro) hacia afuera, y procede a sacar la parte de cartón que se encuentra incrustada (doblada) en el interior; debe quedar un cartón de forma cilíndrica. Luego presiona un poco del cartón hacia abajo y extrae el quemador. El quemador debe salir con la pieza de poliestireno expandido incrustada en la parte inferior, y debe extraerse con suavidad. Si necesitas hacer fuerza es que algo estás haciendo mal, no lo hagas a lo bruto, sino que vuelve a intentar "aflojar" el cartón, que es la pieza principal que retiene el quemador.


Cuando tengas el quemador fuera, ya puedes retirar la pieza inferior de poliestireno expandido, y luego volver a colocar el quemador correctamente en su posición. Para saber si el quemador está bien colocado, comprueba moviéndolo cogiéndolo por la espiral hacia los lados, debe girar con suavidad.

Ahora procederemos a sacar el depósito de combustible. En la parte superior del mismo, una vez abrimos la tapa del depósito en la estufa, veremos otra pieza de poliestireno expandido, la sacamos - sale sin dificultad - y cogiéndolo por el asa, tiramos del depósito hacia arriba. Dentro de la estufa, en el compartimento del depósito, veremos un tapón de plástico blanquecino situado al fondo de donde estaba situado el depósito. Es el filtro de combustible, que deberemos limpiar y colocar encima del tapón de transporte (un tapón especial que evita el derramamiento del líquido) cada vez que necesitemos transportar la estufa, y que tenemos que colocar antes de usarla, mientras que el tapón de transporte (que suele ser de color amarillo) lo quitaremos y lo guardaremos en un lugar seguro - con el manual de la estufa, por ejemplo - donde lo encontremos fácilmente, por si necesitamos llevar la estufa a algún sitio.


Conclusiones.
Calor instantáneo y seco, fácil mantenimiento, y muy competitivo en cuanto al gasto energético, al ofrecernos una gran eficiencia. Las estufas de parafina son la solución perfecta para quien no quiere complicarse la vida, para quien necesita un dispositivo generador de calor sin instalación, y para quien desee aclimatar incluso grandes espacios. En Qlima nos ofrecen modelos que pueden calentar superficies que pueden llegar a los 190 m2, ni más ni menos.

Si estás pensando en una solución de calor útil y asequible para los meses más fríos del año, o en una estufa de uso esporádico cuando los días son más fríos para no abusar de la calefacción, las estufas de parafina vienen a echarte una mano. Y, con la amplia gama que desde Qlima nos ofrecen, encontrarás una solución para cada necesidad.


Especificaciones Tectro R 233 TC:
- Nomenclatura energética: Clase A
- Índice de eficiencia energética: 90%
- Potencia térmica directa: 2,3 kW
- Encendido: eléctrico (a pilas)
- Combustible: parafina
- Volumen de espacio para calentar: de 35 a 80 m3
- Consumo de combustible (litros por hora): 0,229
- Consumo de combustible (gramos por hora): 183
- Horas de duración de combustión por cada depósito: 17,5
- Contenido del depósito (litros): 4

· Dimensiones y pesos:
- Ancho: 422 mm.
- Profundidad (placa base incluida): 281 mm.
- Alto: 446 mm.
- Peso de la unidad: 7,5 kg.

· Accesorios y recambios:
- Tapón para transporte (debe adquirirse aparte).
- Pilas: 2 pilas modelo LR20 - Size D, MN1300 -, de 1,5 V (no incluidas).
- Mecha: modelo N
- Resistencia de encendido
- Filtro de combustible (incluido).














| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com

4 comentarios :

  1. Buen reportaje. Lo cierto es que aunque mucha gente no quiera admitirlo, la combustión sigue siendo el sistema más eficiente de calentar. Lo que no sabía es que era tan complicado de poner en marcha y con tanto mantenimiento.

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  2. Tengo la misma estufa,pero no sé qué tipo de mecha tengo que comprar.
    Ay muchas medidas...por favor necesito medidas


    Gracias.

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    1. Se ve que no has leído ni el manual, porque en el manual te lo pone bien claramente:
      https://www.qlima.com/product-media/6550/Product%20Sheet/Qlima_R233TC_Espanol.pdf?index=2

      Es el modelo N. La puedes encontrar aquí:
      https://www.fesmes.com/es/deshollinadores-y-mantenimiento/380081000-mecha-n-recambio-qlima-estufas-de-parafina.html

      No sé qué habrás buscado sobre muchas medidas, porque mira que es difícil de encontrar :D

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    2. Pegeo24.9.21

      Si no sabes ni encontrar la mecha de tu estufa, te aconsejo que no intentes entonces cambiársela tú, porque eso sí es complicado y puedes armar una buena.

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